miércoles, 20 de febrero de 2013

Una lluvia sin nubes

Y también soy de esas personas que le gusta las gotas de lluvia, pero no empaparse. Le gusta oír como choca contra el techo pero no como retumba. Le gusta atravesarla, pero desde el interior de un coche para poder observar las gotas de lluvia recorrer los cristales por un arduo pero fluido camino para al final desaparecer, si las gotas lo tienen tan fácil nosotros también seremos capaces ¿no? Y por último lo que más me gusta es que llueva los días que no hay ni una nube en el cielo y el sol se encuentra en lo alto, y la gente me dirá que eso es imposible pero yo lo he vivido y ha sido de los días más gratificantes de mi vida, simplemente por la ambigüedad de la situación, por sentir el sol en tu cara mientras la suave brisa arrastra consigo esa pequeña llovizna y a tu lado  la refracción de la luz juega su papel formando diversos y pequeños arcoiris, es simplemente reconfortante.

Supongo que será porque me siento identificado con una lluvia sin nubes.

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