martes, 21 de enero de 2014

Años

Y a escasos minutos uno se replantea todo y a la vez que sólo es un año más, pronto me cansaré de acumularlos, si no lo he hecho ya...

lunes, 20 de enero de 2014

Regalemos música

A veces desearía que la música fuera real, no una ilusión. No un conjunto de sonidos que transmiten emociones. No una melodía que provoca sensaciones. No el ritmo que suena al compás de los pensamientos que encerramos en la cabeza. No los sentimientos escondidos bajo las cuerdas de una guitarra, las teclas de un piano, los platillos de la batería, el arco del violín, el aire que recorre la flauta o hasta los dedos que tocan los botones de un sintetizador.

Poder despertarme un día y dedicarle una canción al mundo, sin barreras. Caminar por la calle y regalarle una nota tras otra a quién más lo necesite. Compartir la obra de mi vida, entregar mi partitura a cualquier persona y que mi orquesta toque. Que mi orquesta toque hasta que no pueda más, que yo no pararé.

Desearía encontrar un lugar en el que todos seamos capaces de vivir así. Un lugar en el que el dinero, los estudios o el trabajo fueran bienes innecesarios de los que no hubiera que depender para subsistir. Un lugar en el que pudieras expresar tu melancolía en forma de blues, tu felicidad en forma de pop, tu rabia en forma de rock, o del estilo que mas te apetezca.

Un lugar en el tus palabras y gritos ahogados sonaran con la mayor fuerza posible haciendo retumbar paredes y cimientos hasta que el mundo te comprendiera. Un lugar donde en cada sonrisa naciera la más bella de las melodías. Donde cada beso formara el mejor dueto jamás escuchado. Donde un abrazo fuera el mejor grupo que se pueda escuchar y las calles el mejor concierto al que se pueda asistir.

Un sitio en el que para alegrarle el día a una persona y darle fuerzas y motivación para seguir adelante sólo hubiera que decir:

- Tome, una canción. Para que vea que no está solo en este mundo.
- ¿ Por qué?
- Porque cada persona posee una voz, algunas más agudas, otras más graves, roncas, flexibles,suaves, profundas, fuertes, duras. Algunas sólo alcanzan a susurrar. Otras son capaces de gritar tan fuerte que arrasan todo a su paso. Algunas desgarran lágrimas a quienes la escuchan, y otras simplemente se desgarran. Pero todas forman parte del gran coro que está formado por todos y cada uno de nosotros. Una sinfonía común. Un acorde en acuerdo. Un canto en el que ninguna está por encima de otra, sino que se complementan suenen en la octava que suenen. Una gran y única voz en la que desde que falta una, deja de ser la misma, porque desde ese momento deja de estar completa, pierde la belleza musical que se escapa al entendimiento humano y que nos pasamos la vida intentando comprender.

 Por eso debemos cuidar los unos de los otros, porque cuando en algún lugar muere una persona su voz deja de ser escuchada, y por tanto la voz de todos se oye desde entonces un poco menos. Porque una orquesta con un músico menos puede tocar, pero no suena igual, se nota un vacío en ese puesto que ha quedado vacante, se nota un instrumento silenciado, se nota una pasión menos moviendo el ritmo de la composición.

Porque no hay un al unísono sin un todos. Y  un todos sin unísono. Todos al mismo tono. Todos al mismo tiempo. Todos.




La canción que regalo yo, la que he estado escuchando mientras escribía. Y aún estoy escuchando.


domingo, 19 de enero de 2014

Pausa y sigue

Y ahí estaba él, mirándote a través del cristal. Y ahí estabas tú, observándole desde el otro lado.

Si ambos se fijaban el uno en el otro. ¿Por qué nunca se llegaron a encontrar?

En lo que se tarda en contraer y dilatar el corazón una sola vez todo se desvaneció, en un suspiro.

Pausa y sigue.

martes, 14 de enero de 2014

Paraguas, otra vez.

Hay veces que uno no sabe cómo defenderse de lo que le cae encima, que nota la presión de la tormenta sobre sus hombros sin poder refugiarse de ella de modo alguno, esperando a ser llevado contra viento y marea. Es entonces cuando debe encontrar otro enfoque a su punto de vista, y encontrar así donde cobijarse bajo la lluvia.

viernes, 3 de enero de 2014

Propósitos

Y los tiempos cambian, un año más que se desvanece, otro nuevo que entra y nos llena. Nos llena de incertidumbre por miedo a lo que nos depara el futuro, normal, el año que se fue estuvo cargado de tristezas, agobios, pérdidas, momentos de soledad, de lloros silenciados y promesas quebrantadas, pero también nos sorprendió con sonrisas fugaces, besos robados al aire,compañías inesperadas a la par que reconfortantes, esfuerzo, autosuperación, progresión... y eso nos proporciona un alivio frente al infortunio de esperar lo inesperable.

No sé que me aguarda este año, pues el pasado creí que sería un año tranquilo, que sentaría las bases sobre las mismas personas sobre las que me apoyaba en ese momento y sin embargo esa torre se derrumbó, me creí inalterable ante los nervios y el miedo y esa postura desapareció, me creí débil y..me creí débil, pero sobretodo me creí insensible y finalmente, hubo quién derribó ese grupo e imponente muro que tantas veces he mencionado que alcé. Si bien es cierto que juré mejorar mis dotes narrativas y guarde la pluma en un cajón, que me propuse al menos aprender de otros autores y con el tiempo cada vez menos fueron las hojas que se deslizaron entre los dedos y que me prometí no separarme de la gente que se hallaba a mi alrededor, "son los mejores" me dije, y terminé emprendiendo un viaje en solitario para hallar no algo mejor, simplemente algo. Pero eso ha conllevado romper mis esquemas, ha significado romper el cascarón en el que llevaba trece años encerrado y abrirme las puertas a nuevo mundo por recorrer, y eso me ha hecho progresar como persona, si bien es cierto que aún me estoy adaptando a la nueva situación. También me propuse mejorar mi condición física, y lo cierto es que vamos a paso lento, pero vamos.

¿Proyectos en mente? Ninguno de momento. ¿Objetivos? Muchos, el primero de todo es no terminar el año como lo empecé, porque de ser así sería un año desperdiciado en el que no he avanzado, no he intentado vivir la larga travesía del día y la noche, de la felicidad y la agonía. No pido que se me reserven malos momentos en los próximos meses, no soy masoca, sólo retos que me obliguen a cambiar quién soy, que me ayuden a no sentarme en el sillón a esperar que el tiempo pase, porque, para ser honestos, así pasé el fin de año pasado, y prometí que no más. Y es que muchas promesas he realizado yo a lo largo de la vida caracterizándose como todas por no cumplirse casi ninguna, pero siempre existen las fundamentales que no pueden ser obviadas. Así que allá van los propósitos que todo el mundo realiza al empezar un año y que yo pensaba que no necesitaba redactar, y menos aún por escrito:


  •  Este año inevitablemente haré la PAU y a pesar de que intento evitarlo le tengo un miedo atroz. La gente me comenta que no entienden por qué la temo si soy el que menos debe hacerlo y no se dan cuenta de que precisamente por eso la temo, pero en realidad tengo miedo de no alcanzar la nota que me propuse para entrar en una carrera que ni siquiera a día de hoy soy capaz de afirmar que sea la que yo quiera. Por eso me propongo primero superar ese miedo que desde el año pasado me invade cada vez que me sueltan una hoja de examen en la mesa, que los exámenes no son todo en esta vida Héctor. Segundo no tener miedo a no alcanzar la nota que necesito, que si no sale a la primera se puede volver a intentar, y si no pues a buscarse otra opción, que ya deberías haber aprendido este año que es lo mejor. Pero sobretodo me propongo tomar el rumbo de mi vida y decidir lo que es mejor para mí, no para la gente de mi entorno, que por mucho que estén a mi lado, al que siempre voy a tener conmigo es a mí mismo, y aunque suene algo egoísta y solitario, es de las verdades más sólidas que he dicho nunca. 



  •  El segundo es olvidar el primero, no todo es lo que voy a estudiar, una cosa es lo que quiera ser y otra a lo que me quiera dedicar. Que si finalmente veo que escribir no es mi vocación pues no tengo por qué verme obligado a continuarla porque crea que es lo único que comparado con el resto de aptitudes se me da decentemente, porque así no encontraré mi verdadera profesión, pero que si al final es escribir, pues venga, a rellenar folios en blanco.



  • El tercero es buscar mi sitio, no encontrarlo, sólo buscarlos. Si tanto me repito que este no es mi lugar al menos debo tener bases fundamentadas de que sea cierto. Por ello deberé emprender uno de esos viajes de los míos que tanto me gusta realizar, a pesar de que aún no sepa el destino al que me dirijo.



  •  El cuarto es complicado, me gustaría que fuera no abandonar o perder a ningún ser querido, amigo o allegado, pero todos sabemos que es difícil, así que supongo que mi propósito es abrirle los brazos a aquel que esté dispuesto a continuar conmigo o que quiera recorrer a mi lado el camino, y no sentirlo por aquellas personas a las que les deba dar la espalda o, muy probablemente, que me la den ellos a mí. Que no quiere decir que si me marcho a otro lugar me aleje de las personas que más me quieren, pues las llevo siempre en el corazón.    



  • Seguro que resulta ridículo, pero este propósito se repite y es el de llenarme la barriga, es decir ganar peso y masa muscular, y no porque me centre en mi apariencia física, sino porque me gusta sentirme bien conmigo mismo, y sobretodo, estar sano, y puedo asegurar que en dos años he notado la diferencia de estados anímicos que he sufrido y, por primera vez, me enorgullezco de decir que voy a mejor.



  •  Y supongo que el último es retirar los ladrillos que aún quedan en pie de esa barrera y tratar como se merece a esa persona que inexplicablemente soporta todas mis tonterías, arrebatos, estupideces y, en definitiva, me soporta a mí. Que no entiendo muy bien cómo logré encontrarla, o más bien ella me encontró a mí y que, por eso mismo, debo cuidarla, porque ha sido la única sorpresa agradable del año y no sé si la tendré a mi lado el año que viene, espero que sí, pero que el tiempo que esté a su lado quiero dedicarlo a hacerla feliz, y quizás sea este el propósito mas ambicioso y arriesgado dada mi extraña y reservada naturaleza, pero como bien he dicho, uno debe cambiar y buscar siempre lo mejor así que se intentará.


Y eso son. Nada de comer menos, despertarme antes, recoger mi cuarto o estudiar más porque al final nada de eso será lo importante, lo importante es como será la persona que acabe al final del año mirándose al espejo y viendo mi reflejo, y espero sonreír al verle como por fin a día de hoy soy capaz de hacer, que continúe así, no dejando de cambiar.



Ahí va mi regalo de Reyes.