martes, 10 de septiembre de 2013

Años de historia llenos de historias

Estos son sólo algunos de los recuerdos que conservo de 13 largos años que voy a cumplir dentro de poco en el escultismo, los que he podido reunir rápidamente. Pero da igual, porque los recuerdos que conservo de verdad son los que tengo en mi memoria y los más valiosos, los que guardo en el corazón. Con ellos podría llenar varias camas. ¿Qué digo camas? Abre un local entero que yo te lo lleno, tengo mucho que ofrecer. Los mismos valores, sentimientos, emociones y momentos que me ofrecieron a mí las personas con las que un buen día los compartí. Aquellos que me enseñaron cuando aún no me habían salido las paletas que de nada servía vivir la fantasía si no la COMPARTÍAS con los demás. Los que más tarde me enseñaron que en una manada se ayudan los unos a los otros y que debes esforzarte siempre en hacer LO MEJOR para poder tener buena caza. Personas que me enseñaron a trabajar con tu patrulla pues no sólo el guía es quien la mueve, me enseñaron a estar siempre LISTO para lo que viene. Con el tiempo los rostros fueron cambiando, pero no por ellos fueron olvidados. Llegaron más personas que me enseñaron el significado de la palabra UNIDAD. Es curioso, es una sola palabra y expresa taaaaaaantoooooo.

Nunca fui el más trabajador o el más obediente. Tuve mis momentos duros y hubo que hacerles frente. A base de continuar por el camino progresé como persona y fui haciendo nuevos amigos. Cada etapa a la que llegaba, algo nuevo que aprender. Y sin darme cuenta con los pasos de los años mejoré. Mejoré no solo como scout, aprendí a plasmar su filosofía de vida en cualquier situación y entonces un mundo hasta entonces gris para mí, empezó a adoptar infinidad de colores ante mis ojos. El sol que antes solo me hacía daño a la cara, empezaba a alumbrarme y llenarme de calor por las mañanas. La luna hasta entonces oscura se iluminó por completo aconsejándome en cada momento, curioso que años después nos convirtiéramos en su consejero.

Ahora que me toca remar mi propia canoa vuelvo la vista atrás y sonrío. Momentos que me parecieron duros solo son llantos de críos. Sonrío porque esas lágrimas que derramaba de pequeño eran por tristeza y soledad y ahora las derramo por marcharme de mi unidad. Derramo una gota por cada momento especial que viví dentro del movimiento con un fular en el cuello ( a veces bien hecho, y otras... no tanto). Por cada scout mayor que yo que puso su experiencia y sus ilusiones en mí, porque vio en mi interior algo que yo aún no sabía ver, el escultismo bajo mi piel. Por cada scout que tiene mi edad, porque gracias a ellos un campo vacío se convirtió en una casa llena de amigos. Por cada scout menor que yo, porque me enseñan el valor de lo que representan los dos dedos unidos del saludo: "el grande protege al pequeño". Porque me recuerdan a mí cuando tenía su edad y entiendo el por qué mis mentores decidieron depositar su confianza en mí y empiezo a comprender que en pocos años esa será mi labor, y la asumiré con sumo gusto. De momento me toca SERVIR.

Los scouts me han enseñado a ser un ejemplo para los demás, o al menos a querer aspirar a serlo para que en el futuro haya personas que lo puedan ser por ti. Me da mucha pena pensar que en este momento haya personas que no lo vean así. Que los que deberían ser aún mi ejemplo deban tomar un par de lecciones como las que yo aprendí en su momento. Me duele pensar que el escultismo, que nos enseña valores como la LEALTAD, ABNEGACIÓN y PUREZA, se vea manchado por personas que interpretan de forma distinta y sutilmente favoritista su significado. Que si, que una cosa es la subjetividad y verlo desde tu prisma, pero otra coger el prisma y girarlo para que apunte a tus propios intereses.

Seamos sinceros, en cada etapa ha habido un momento duro y el de ésta está ocurriendo en este preciso momento. Hay que luchar por lo que aprecias, con paletas, garras, bordones o con lo que sea, mientras no sea con palos, piedras, piñas, pinocha... va bien. Que resignarse ante un problema no es actitud scout y largarse para evitarlo tampoco lo es. Hay que reír y cantar, y, hablando claro, mandar a tomar por culo a aquellos que no te dejen disfrutar. Disfrutar de lo que una simple flor representa, disfrutar de llevar un trozo de tela de colores y gritar orgulloso que no hay nada a lo que temas. Disfrutar con los demás, para eso están los grupos y eso es algo que hay que preservar. Que yo no defiendo un nombre ni un color, pero mi cubil es cubil y no hay nadie que me saque de él sin antes hacerme derramar sudor. Que entre esas cuatro paredes crecí y aunque ahora estén pintadas distintas siguen estando los recuerdos que viví. Y los que estoy viviendo, aquellos por los que luchamos en este momento. No, no dejaré que se olviden. Porque tenemos tanto que ofrecer que podemos llenar un local, pero, llenar otro ¿Qué gracia tiene? Los demás están ya llenos de recuerdos ajenos también muy buenos. No, este lugar es nuestro, nos pide que lo abramos cada sábado, llora cuando nos vamos y se alegra cuando volvemos. ESO, es un sentimiento, y no voy a dejar que lo pisoteen los cuatro jeques de turno que gobiernan su propio reino, aquellos que ser digno de confianza es solo un proverbio.

Porque no sé si soy scout por ser así, o soy así por ser scout. Lo importante es que soy scout, y cualquier dificultad la venceré unido a los demás, no cabe duda y de eso estoy seguro. Pronto la flor roja nos alumbrará.

Scout una vez, scout siempre.



                                                                                                               

                                                                                                                          Azenzar









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