Hoy una de las personas a las que más admiro por su esfuerzo y dedicación a la hora de cumplir sus sueños ha sucumbido al peso de la presión social y ha decidido renunciar a su sueño. Hoy ha muerto algo en mi... y sin embargo ha nacido algo nuevo, el sentimiento de llegar alto y decirles a todos los que se interpusieron en mi camino: ¡Que les den, gilipollas!
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