Un mundo gris

Y caminó bajo el suave manto de lluvia que caía de las grises nubes de un día gris en un mundo gris sin saber muy bien a donde se dirigía. Miró hacia atrás, el camino que había recorrido , una calle angosta y sucia como la que tenía delante. Se paró. Miró su ropa empapada del sudor de haber salido corriendo y de las gotas de lluvia que cada vez le golpeaban la cara con mas insistencia, como si quisieran que se moviera de una vez, que se apartara de su camino, que les molestaba.

"Ni la lluvia me quiere" 

Siguió caminando por el abrupto adoquinado lleno de grietas y depresiones que hacían que se tropezara y cayera de bruces en los innumerables charcos que anegaban el suelo. En cada uno de ellos les costaba más levantarse, y cada vez caía con más facilidad. Nadie se paró a ayudarlo, ni siquiera se pararon, los transeúntes siguieron su camino normal rumbo a su vida normal, una vida de la que él siempre carecería.

De repente se levantó, y le gritó al mundo. Le gritó con tanta ansia y tanta fuerza que por un momento se sintió escuchado, cuando su grito cesó, escuchó, y vio que nada había cambiado.

"Nada" 

Siguió caminando, y se fue, desapareciendo así de la existencia de esa negra ciudad bajo el suave manto de lluvia que caía de las grises nubes, de un día gris, en un mundo gris.

Un mundo en el que no había lugar para él.