domingo, 8 de julio de 2012

Estoy muerto

¿Que se siente cuando se muere por dentro? Yo desgraciadamente ya lo sé. Algo hace clac en tu interior, se rompe, se deshace, se abre, se derrama, y te deterioras, primero por dentro, tu mente se parte, se rompe en pedazos, cada uno pensando en lo mismo, un mismo punto negativo mil veces repetido. Luego el cuerpo le acompaña, te falla, te abandona, se vuelve autónomo, independiente de ti, te duele, te la juega, sufre convulsiones, te arrastra a hacer cosas que no quieres hacer, y tu lo arrastras a él a hacer cosas que no quiere hacer, y en el momento cúspide del enfrentamiento, cuando la pena te ahoga tanto que no te deja respirar... se apaga, se apaga para concederte el descando justo para volverte a atacar, pero el dolor nunca descansa, nunca desaparece, lo llevas anclado en el pecho, en un corazón que padece de arritmia, que en cualquier momento va a dejar de latir, si no lo ha hecho ya. Esta vez mi cuerpo dio el primer asalto, sin saber yo muy bien por qué, resultó ser que si lo sabia pero había tenido la vana esperanza de engañarme a uno mismo, y como pasa con todas las mentiras, la verdad se acaba sabiendo. Hoy me tocó a mi contraatacar, segundo asalto, se la devolví, sobrevivió, sobreviví. Tercer asalto, me ataca él a mi, sabe que mi existencia depende de él, pero la suya no de mi, o eso cree, no ve que con el dolor que he sufrido, con el terror que estoy viviendo ahora ya no me queda nada, me arrancaron la última chispa de humanidad en mi, lo único que quedaba que demostraba que estaba vivo, o mejor, que podía vivir.

No ve que con los horrores que estoy viviendo, estoy dispuesto a sacrificarme, para ponerle fin, a darlo todo para que acabe, darle lo único que me queda, y cumplir mi último deseo. Lo doy todo por él y no lo ve.

Lo doy todo por ella y tampoco lo ve.

He muerto.

Me has matado.

Adiós.

No hay comentarios:

Publicar un comentario