martes, 31 de julio de 2012

Campamento inolvidable

Cosas que me recuerdan cada día por qué soy scout y nunca dejaré de serlo.

Como bien dice él: No sé si soy scout por ser así o soy así por ser scout.

Grandes recuerdos me llevo, grandes recuerdos que aun están por venir.

Que vengan, yo pienso seguir esperándolo, pienso seguir siempre con mi filosofía de vida.

Esta es mi filosofía de vida.

Este es mi sitio.

sábado, 14 de julio de 2012

Un respiro

Y hasta ahora no pensaba mucho en la ida, la veía lejana, periodo de pérdida de tiempo de vacaciones. El resto estaba ilusionado con el viaje, de hecho aun ahora, a las vísperas,están entusiasmados, y yo me siento la oveja negra, el pez fuera del agua, siento que nado a contracorriente, yo no tenia ganas de ir, por un momento no tuve ganas de ir.

Hasta que me pregunté: ¿Por qué no me quiero ir? Muchas respuestas afloraron en mi mente, algunas con más peso que otras. Pero a partir de ese momento empecé a sentir nostalgia, nostalgia por todas esas veces que me he visto en esta misma situación, y en la que era capaz de alegrarme, de estar esperandolo, el año pasado mismo,¿tantas cosas pueden cambiar en un año?¿Tantas cosas puedo dejar atrás? Lo cierto es que cada vez más.

Hasta ayer mismo no quería irme, hoy he tenido motivos de sobra para largarme, algunos han sido esporádico, otros han sido latentes, pero al final, bajo la presión del final, todos se han manifestado. No es que quiera irme, es que lo necesito, necesito desconectar de algunas personas, de algunas situaciones, necesito escapar.

Tengo la esperanza de volver mejor de como me fui, de llegar y que todo haya cambiado, que yo sea distinto, y que por fin todo pueda empezar a ir bien, necesito este momento de paz.

Me despido pues, con una calurosa despedida, tal vez pueda escribir, lo mas seguro es que no, pero a la gente que esté pendiente de mi, que sepan que no los olvidaré, por muy lejos que esté.

Nos veremos pronto

jueves, 12 de julio de 2012

Secretos

Plutarch gana: al final, Finnick está pálido, pero asiente.
Mientras Finnick toma asiento frente a la cámara, Haymitch le dice:
—No tienes por qué hacerlo.
—Debo hacerlo si la ayuda —responde él, haciendo una pelota en la mano con su cuerda—. Estoy listo.
No sé qué esperar, ¿una historia de amor sobre Annie? ¿Un relato de los abusos en el Distrito 4? Pero la historia de Finnick Odair toma un curso completamente distinto.
—El presidente Snow solía... venderme..., vender mi cuerpo, quiero decir —empieza con voz monótona y distante—. Y no fui el único. Si pensaban que un vencedor era deseable, el presidente lo ofrecía como recompensa o permitía que lo comprasen por una cantidad de dinero exorbitante. Si te negabas, mataba a algún ser querido. Así que lo hacías.
Entonces, eso explica el desfile de amantes de Finnick en el Capitolio. No eran amantes de verdad, sino gente como nuestro antiguo jefe de agentes de la paz, Cray, que compraba a chicas desesperadas para devorarlas y descartarlas; porque podía. Quiero interrumpir la grabación y suplicar a Finnick perdón por todas las ideas equivocadas que tenía sobre él, pero tenemos un trabajo que hacer y me parece que el papel de Finnick será mucho más eficaz que el mío.
—No fui el único, aunque sí el más popular —sigue diciendo—. Y quizá el que estaba más indefenso, ya que la gente a la que quería también lo estaba. Para sentirse mejor, mis clientes me regalaban dinero y joyas, pero yo descubrí una forma de pago mucho más valiosa.
«Secretos», pienso. Es lo que me dijo Finnick que le daban sus amantes, sólo que yo creía que lo hacía por decisión propia.
—Secretos —dice, como si me hubiera leído el pensamiento—, y por eso será mejor que permanezcas atento, presidente Snow, porque muchos de ellos son sobre ti. Sin embargo, empecemos con algunos de los demás.
Finnick teje un tapiz tan rico en detalles que no puede dudarse de su autenticidad. Historias sobre extraños apetitos sexuales, traiciones del corazón, codicia sin límites y sangrientos juegos de poder. Secretos de borrachos susurrados sobre almohadas húmedas en mitad de la noche. A Finnick lo vendían y lo compraban, un esclavo de los distritos, y guapo, sin duda, aunque, en realidad, inofensivo. ¿A quién se lo iba a contar? ¿Quién lo creería si lo hiciera? Sin embargo, algunos secretos son demasiado deliciosos para no compartirlos. No conozco a la gente que menciona Finnick (todos parecen ser ciudadanos importantes del Capitolio), pero, de escuchar el parloteo de mi equipo de preparación, sé la atención que puede atraer el más leve desliz. Si un mal corte de pelo generaba horas de cotilleo, ¿qué harán las acusaciones de incesto, puñaladas por la espalda, chantaje e incendio provocado? Mientras las ondas expansivas de conmoción y reproches sacuden el Capitolio, todos estarán esperando, como yo, a oír lo del presidente.
—Y ahora, vamos con nuestro buen presidente Coriolanus Snow —dice Finnick—. Era un hombre muy joven cuando alcanzó el poder y fue lo bastante listo para conservarlo. Os preguntaréis cómo lo logró. Pues sólo hace falta que os diga una palabra, con eso basta: veneno.
Finnick se remonta a la ascensión política de Snow, de la que no sé nada, y avanza hasta el presente señalando caso tras caso de muerte misteriosa de sus adversarios o, aun peor, de los aliados que podían llegar a convertirse en amenazas. Gente que cae muerta en un banquete o que muere poco a poco de manera inexplicable, empeorando con el paso de los meses. Se le echa la culpa a un marisco en mal estado, un virus escurridizo o una debilidad de la aorta de la que no se tenía noticia. Snow bebe de la copa envenenada para evitar las sospechas, pero los antídotos no siempre funcionan, así que por eso dicen que lleva rosas que apestan a perfume, para tapar el hedor a sangre de las llagas de la boca, que nunca se curan. Dicen, dicen, dicen... que Snow tiene una lista y nadie sabe quién será el siguiente.
Veneno, el arma perfecta para una serpiente.
Como mi opinión del Capitolio y su noble presidente ya era bastante mala de por sí, las acusaciones de Finnick no me sorprenden. Sí que parecen tener mucho más efecto en los rebeldes del Capitolio, como mi equipo y Fulvia; incluso Plutarch se sorprende de vez en cuando, quizá porque se pregunta cómo se le habrá pasado algún cotilleo en concreto. Cuando Finnick termina, siguen grabando hasta que él mismo tiene que decir:
—Corten.

domingo, 8 de julio de 2012

Reposo

¿Esa palabra no significa nada para mi?

Estoy muerto

¿Que se siente cuando se muere por dentro? Yo desgraciadamente ya lo sé. Algo hace clac en tu interior, se rompe, se deshace, se abre, se derrama, y te deterioras, primero por dentro, tu mente se parte, se rompe en pedazos, cada uno pensando en lo mismo, un mismo punto negativo mil veces repetido. Luego el cuerpo le acompaña, te falla, te abandona, se vuelve autónomo, independiente de ti, te duele, te la juega, sufre convulsiones, te arrastra a hacer cosas que no quieres hacer, y tu lo arrastras a él a hacer cosas que no quiere hacer, y en el momento cúspide del enfrentamiento, cuando la pena te ahoga tanto que no te deja respirar... se apaga, se apaga para concederte el descando justo para volverte a atacar, pero el dolor nunca descansa, nunca desaparece, lo llevas anclado en el pecho, en un corazón que padece de arritmia, que en cualquier momento va a dejar de latir, si no lo ha hecho ya. Esta vez mi cuerpo dio el primer asalto, sin saber yo muy bien por qué, resultó ser que si lo sabia pero había tenido la vana esperanza de engañarme a uno mismo, y como pasa con todas las mentiras, la verdad se acaba sabiendo. Hoy me tocó a mi contraatacar, segundo asalto, se la devolví, sobrevivió, sobreviví. Tercer asalto, me ataca él a mi, sabe que mi existencia depende de él, pero la suya no de mi, o eso cree, no ve que con el dolor que he sufrido, con el terror que estoy viviendo ahora ya no me queda nada, me arrancaron la última chispa de humanidad en mi, lo único que quedaba que demostraba que estaba vivo, o mejor, que podía vivir.

No ve que con los horrores que estoy viviendo, estoy dispuesto a sacrificarme, para ponerle fin, a darlo todo para que acabe, darle lo único que me queda, y cumplir mi último deseo. Lo doy todo por él y no lo ve.

Lo doy todo por ella y tampoco lo ve.

He muerto.

Me has matado.

Adiós.

sábado, 7 de julio de 2012

Nota de suicidio

Dile a mi madre que siempre la quise y que lo siento,  a mi bro que busque mis palabras en el viento cuando sople,  a los que desearon mi mal yo les deseo el doble,  por haber hecho pedazos un corazón noble. 

I'm Just A Kid

I woke up it was seven 
Waited till eleven 
Just to figure out that no one would call. 
I think i got a lot of friends 
But i don’t hear from them. 
What’s another night all alone? 
When your spending every day on your own 
And here it goes .. 

I’m just a kid and life is a nightmare 
I’m just a kid and i know that it’s not fair 
Nobody cares cause i’m alone and the world 
Is having more fun then me 

And maybe when the night is dead 
I’ll crawl into my bed 
Staring at these four walls again 
I’ll try to think about the last time 
I had a good time, 
Everyone’s got somewhere to go 
And their gonna leave me here on my own 
And here it goes 

I’m just a kid and life is a nightmare 
I’m just a kid and i know that it’s not fair 
Nobody cares cause i’m alone and the world 
Is having more fun then me 

What the fuck is wrong with me? 
Don’t fit in with anybody 
How did this happen to me? 
Wide awake i’m bored and i can’t fall asleep 
And eveynight is the worst night ever 
I’m just a kid 
I’m just a kid 
I’m just a kid 
I’m just a kid 
I’m just a kid 
I’m just a kid and life is a nightmare 
I’m just a kid and i know that it’s not fare 
Nobody cares cause i’m alone and the world is .. 
Nobody wants to be alone and the world 
I’m just a kid and life is a nightmare 
I’m just a kid, i know that it’s not fair 
Nobody cares cause i’m alone and the world is 
Nobody wants to be alone in the world 
Nobody cares cause i’m alone and the world is 
Having more fun than me, tonight 
I’m all alone ... 
Tonight 
Nobody cares... 
Tonight 
Cause i’m just a kid, tonight