jueves, 19 de mayo de 2011

El momento perfecto

El tiempo corre, no esperes, porque si lo haces al final lo que buscas desaparece. Cada segundo,cada minuto, cada hora, cada día puede llegar a ser un momento  importante de tu vida.
No lo dejes escapar pensando que algo mejor llegará, una mejor oportunidad, porque no es verdad. No existe el momento perfecto.
El momento perfecto es aquel que viene sin más. Si vives esperando solo ese instante, ¿Cuando llegue y pase que harás?
Te habrás dado cuenta de que estuviste esperando algo que se consumió y te dejó una sensación de vacío y pensarás ¿ Cómo pude ser tan tonto/a y desaprovechar todos esos bonitos momento que tuve?
No esperes a hacerte mayor y pasar los últimos días que te quedan refunfuñado arrepentido sobre los errores que cometiste.
Aun estás a tiempo, aprovecha cada momento como si de el último se tratase, porque ese momento no se repetirá, por eso es...

El momento perfecto.

martes, 17 de mayo de 2011

Primera hoja de "No somos héroes"

Como ciertas personas me han pedido una historia que hice para un concurso literario, pero no tengo tiempo de dársela a todos aun, les dejo con un pequeño aperitivo.

Sobre la espesura del bosque se alzaban las altas copas de los árboles. La noche se cernía sobre él y la única luz era la proveniente del extenso manto de estrellas…o no.
Al fondo del bosque se distinguía una mancha entre las sombras que al principio solo había sido un punto negro y que rápidamente se estaba acercando.
De repente la figura de un hombre salió de entre los árboles y sin demorarse en el paso siguió corriendo. Parecía exhausto, tenía numerosos cortes en los brazos y piernas y tenía sangre en la frente, que se mezclaba con el sudor que ya había empapado todo su cuerpo, parecía que cojeaba de la pierna derecha, pero el hombre, que resultó ser un hombre alto y desgarbado, parecía emplear todos sus esfuerzos en atravesar el último tramo que separaba la planicie del bosque de la empedrada carretera.
Pero detrás del hombre empezaron a verse unos fogonazos de luz que destellaban e iluminaban el bosque el poco tiempo que duraban, ya que tan rápido como aparecían se desvanecían.
Pronto esos fogonazos empezaron a verse más nítidos, no eran simples fogonazos, parecían esferas de luz que emanaban de alguna parte y que amenazaban peligrosamente al hombre, alguna pasó rozando su cabeza. Se estaban acercando al hombre que con todas sus fuerzas intentaba escapar de ahí.

“Ya falta poco, solo un poco más, ya casi estás” pensó, ya al borde del desmayo, la sangre de la cabeza le caía por la barbilla, el corazón le palpitaba tan intensamente que le embotaba los oídos y no podía oír otra cosa más aparte de sus propios latidos. No paraba de mirar hacia atrás y hacia delante, y por último estaba arrastrando su pierna derecha, ya que esta había decidido desobedecerle. Ya estaba al final le quedaban 20 metros para salir del bosque.
Pero una de las brillantes esferas le alcanzó de pleno en la espalda, el hombre salió disparado sobre sí mismo y aterrizó sobre el tronco de un árbol y cayó rendido. 

Sobre ese mismo árbol el hombre yacía muerto. 
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Las sombras proyectadas por las casas era el único refugio del sol de mediodía. El calor sofocante amenazaba con fundir hasta el más mínimo ápice del pequeño pueblecito situado en mitad de la colina, al lado del bosque. 
En la carretera que separaba el bosque del pueblo se hallaba apalancado un coche de color azul turquesa.
Un niño de unos 6 años de edad con el pelo negro y los ojos verdes permanecía de pie sosteniendo la puerta trasera del coche.
Entre la brisa que zarandeaba ligeramente las copas de los árboles le pareció distinguir la voz de su padre, que lo llamaba a suaves susurros. 

Seguidamente se metió en el coche, que puso el motor en marcha, arrancó y siguió el camino de la empedrada carretera. Finalmente se alejó del pueblo para no volver jamás.

Pues esa es la primera página, espero que haya gustado